El cultivo y manufactura de productos derivados de cáñamo fue la última actividad agroindustrial del Valle del Aconcagua donde se fabricaron bienes de consumo nacional y de exportación a partir de materia prima local, actividad que contribuyó a dar forma a ciudades como Quillota, Limache, San Felipe y Los Andes. Cadena productiva, colaborativa y sustentable que hoy, 80 años después de su desaparición, se hace más necesaria que nunca. Es hora de saldar una deuda histórica con una parte fundamental de nuestra identidad. El cáñamo industrial en el Valle del Aconcagua es un patrimonio con visión de futuro.